La Antoñita
Es curioso como algo tan común hace unos años, algún día desapareció del paisaje de los bares de Valencia y su comarca, sin dejar rastro, en silencio y sin que nadie la volviera a echar de menos. Al ver aquella botella, me preguntaba cuanto tiempo podía haber pasado desde la última vez que la vi vertiendo su contenido en el vaso de algún pensionista, que habría pedido un vino con gas, por qué ya no estaba en el mercado, quién creó aquella marca, en definitiva, quería saber algo sobre aquella bebida que forma parte de mi particular memoria histórica, de mis recuerdos y que, precisamente por haber sido tan usual, jamás me había despertado curiosidad alguna. En realidad es algo muy humano, nos interesamos más por lo exótico, por lo lejano, que por lo cotidiano, por lo que hay a nuestro alrededor, conocemos mejor la historia de la plaza de Salamanca que la de la iglesia de nuestro pueblo.
Pensar por un momento que hubo algún tiempo en el que alguien de Valencia de Alcántara tenía registrada una marca de gaseosa, popular en todo su entorno e incluso distribuía su propio vino, el vino “Malpica”, me llevó a ponerme mi ropa de faena y a rebuscar e indagar hasta alcanzar dos objetivos: saber un poco más sobre la bebida valenciana en cuestión y conseguir alguna botella para ponerla en un privilegiado lugar de mi casa.
El segundo objetivo aún no ha sido alcanzado pero que nadie dude que lo lograré, y sobre el primero he podido saber poco, que el nombre se lo debe a la hija del creador de la criatura, el señor Pablo Perera, que como es previsible, se llama Antoñita Perera, que la primera fábrica data de mediados de los años 50 y se emplazaba en la calle Gasca y que, años más tarde, fue trasladada camino de “Los Remedios” cerca de “La Puerta de Las Huertas”, conozco más que conocía pero con varias sesiones, con mis particulares asesores de la historia reciente entre otras muchas cosas que son mis abuelos, ya no tendrá ningún secreto para mí .
La dichosa botella se cruzó en mi camino en el momento en el que buscaba recipiente para meter los escritos plasmados en este blog, y que mejor envase que una botella de “LA ANTOÑITA”.
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