ABIERTO POR REFORMAS
Vuelvo a este blog y observo que cuando algo se abandona, no se mantiene, no se alimenta ... corre el serio peligro de caer en la ruina. Tras el estado ruinoso sólo cabe un periodo de reflexión y valorar si conviene olvidar, rehabilitar o reformar. A decir verdad, el olvido no es una opción real.
Hace tres años que no aparecía por aquí. Buscando en el baúl de mis enredos me encuentro notas "sin filtro" (como dicen los "influencer"), correos en la bandeja de borrador y cuadernos con frases sin hilar, como brochazos al azar. Probablemente todo ello junto ha sido la señal que me ha traído de nuevo a La Antoñita.
Urgar en un baul es una entrada para montar en una montaña rusa emocional. Así ha sido y así estoy aquí de nuevo, buscando nuevos objetivos para este rincón pero, sobre todo, con el ánimo de disfrutar del tiempo que dedique a intentar alcanzarlos, asumiendo ilusiones ambiciosas y metas difíciles de alcanzar pero terriblemente preciosas de soñar. No todo es un camino de rosas, también toca arremangarse para buscar el pozo del que salía la inspiración, para retirar las sabanas polvorientas que cubren las tripas de este blog, los motivos, los porqués de sus entradas.
La reforma ya está en marcha y es suficiente motivo para volver a abrir mi botella de La Antoñita. No debe ser una reforma larga porque los muros de carga no se van a tocar.
Siempre queda la opción de despertarse sin recordar lo soñado y de irse a la cama olvidando lo vivido. Es sólo una opción
JATOC
#LaAntoñita
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