Tiempo

Lamentablemente hace tiempo que permanece sin actividad alguna este rincón. 

Tiempo en el que no se divaga sobre si esta botella de gaseosa está medio llena o medio vacía. ¡¡Bendita botella!!. Tiempo en el que todos debaten sobre quién es el atracador y quién es la víctima.  Tiempo en el que se duda (la “skepsis” que dirían los escépticos presocráticos griegos) sobre quién tiene el papel de deudor y quién el de acreedor. Tiempo en el que el avance de la ciencia y de la tecnología de riego han conseguido que haya tantas manzanas, y tan similares, que no dejan posibilidad de diferenciar a la más famosa, a aquella prohibida, que no debemos morder. En definitiva, un tiempo en el que el mundo no ha parado ni un solo instante para bailar. Quizás por miedo a que lo tomen por loco. 
Eso sí, sin pensar en aquella pregunta del Sr. Conejo “¿Usted conoce a cuerdos felices?”.

Tiempo, maldito tiempo …

Hagamos un pacto. Paremos una mijina (¡qué maravilla de palabra!) la maquinaria y probemos a bailar; los de un color con los de otro color, los de un lado con el del contrario, lo divino con lo humano ...

El Sr. Conejo puede tener razón.

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