El día a día de cualquier persona

Cuando me dieron la oportunidad de dejar mis opiniones en este espacio, me propuse no hablar de política, principalmente porque no entiendo nada de ese mundo y, por otro lado, porque lo que percibo de las personas que viven de eso, a lo que llaman política, es que mienten más que hablan.

Me gustaría dedicar el hueco de este blog a reflejar las opiniones e historias de personas de a pie, de personas que sufren las complicaciones del día a día, de esas que se levantan por las mañanas para luchar por sus sueños, por sus ilusiones y por lo más básico por lo que algunos, cada vez más, aspiran a luchar, luchar por comer todos los días y por llegar a fin de mes.

Ayer escuché a una persona cabizbaja exponer su caso, una situación que podríamos hacer nuestra muchas personas, desgraciadamente demasiado común. Daba gracias por tener trabajo, al menos durante esta semana, pero sus preocupaciones iban en aumento al mismo tiempo que sus pensamientos discurrían más allá de ese plazo de tiempo, en pocos días su empleo en el sector de la construcción, uno de los más castigados por la famosa crisis, podría llegar a su fin, ya que la obra en la que está trabajando está terminando y no hay previsión de iniciar ninguna otra, vamos que en el horizonte más cercano se divisa formando parte de la numerosa cola del INEM, aunque no tengo la menor duda que no pierde la esperanza de que mañana pueda salir algo, es la única ventaja del humilde, del que necesita algo a toda costa, la facilidad de aferrarse a la esperanza.

Su coche, su pequeño utilitario, con un montón de kilómetros a sus metálicas espaldas, comienza a achacar el paso de los años y algunas mañanas se niega a arrancar, haría falta tirar de ahorros para comprar otro coche pero aterroriza el pensamiento de que en pocos meses ese dinero puede ser necesario para cubrir los gastos más elementales del día a día. Por otro lado comenta, que le parece inalcanzable algo tan básico como pegarse una escapada de unos días con su pareja, me dice compungido, que alguien joven como él debería estar planteándose el formar una familia, el comenzar a hacer realidad un proyecto de vida, su proyecto de vida, pero que nadie ni nada le garantiza que pueda ofrecerle a su hijo unas condiciones básicas, tan básicas como las que tuvo él y la gente de su generación.

Esto es solo una vivencia personal de una persona con sus inquietudes,pero podría ser la de cualquiera de nosotros. En este caso como el mismo dice, todavía tiene un lugar donde ir a ganarse un sueldito, otros eso lo ven como un milagro.

Hoy nos hartamos de escuchar como unos y otros se tiran a la cara quien hace más recortes sociales, que si recortes sociales son una cosa o son otra. Recorte social es que una pareja joven no pueda permitirse un proyecto de vida más allá de una semana y que los niños de las zonas rurales no tengan garantizado que puedan ir a la universidad, porque sus padres no se lo van a poder costear por estar parados, por mucha beca que les den. Que sigan discutiendo sobre idioteces varias mientras condenan el futuro de varias generaciones.
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